Amo la ciudad de Mao
sin condiciones.
Amo sus calles repletas
de bellas damas,
Amo su música alegre…
el ritmo de los tambores,
las güiras, los acordeones,
que acaban con el silencio
y cautivan corazones.
Amo esa tierra
cálida como el cuerpo
de sus doncellas.
Amo a Valverde y sus campos,
de Esperanza a Lo’ Quemao…
sus cactus y cambronales,
arroces y platanales,
el romo y el puerco asao.
Yo sé que también la amas,
amo la ciudad de Mao.
Cristino Alberto Gómez Luciano
28 de febrero del año 2007
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