No te exijo que me digas si has querido
que llegara este momento… si soñaste,
como yo, mil despertares. No te pido
me relates si es verdad lo que expresaste
cada vez que un nuevo beso has concedido.
Me despierta el silencio de las horas
cuando pienso y no descubro tus razones.
Consolarme intenta el viento. ¿Cómo logra
dibujar la transparencia en mis rincones?
Soy intruso que duerme en tus cojines,
la lechuza que invade el orificio
que costara al carpintero sacrificio,
proveniente de quién sabe qué confines.
No consueles mi pena. No me dejes
construir Babilonia sobre el mar.
Ten la gracia de admitir si no me quieres
y no dudes mi puerta derrumbar.
Cristino Alberto Gómez
30 de mayo de 2009, 1:01 AM
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