Construyamos el sol que intercepta la tierra.
Inventemos caricias del bravo temblor,
la semilla vivaz que embaraza la sierra...
¿Entendiste la guerra? Yo dije el amor.
Resplandecen mis ojos, se vuelven al cielo
del recuerdo lejano que no se escribió.
Fue la loma esculpida con piedras de hielo
que la especie voraz al crepúsculo ahumó.
Se escapó la palabra a mitad del camino.
Es preciso encontrarla, no importa el furor
que reporta lo amargo. ¡Que cante el destino!
¡Destruyamos la guerra! ¡Forjemos amor!
Cristino Alberto Gómez
5 de febrero del 2013
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